lunes, 2 de febrero de 2015

NELSON ROMERO GUZMAN, con su libro “Bajo el brillo de la luna”. LVI Premio de Poesía Casa de las Américas de Cuba, 2015.

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Premio de Poesía Casa de las Américas enaltece a Nelson Romero, bardo colombiano        
Por Felix Albisu
Bogotá, 2 feb (PL) El premio Casa de las Américas en poesía, Nelson Romero, dijo hoy que la obtención de ese galardón con el libro Bajo el brillo de la luna le hace sentirse ahora más hijo legítimo de las palabras. (PLRadio)

En declaraciones a Prensa Latina, el poeta colombiano expresó que el Premio Casa tiene por sí solo un enorme significado, por su trayectoria, prestigio y por la historia de quienes lo convocan.

En lo personal esta distinción me trae mucha alegría, me impulsa a continuar con mi trabajo de creación, manifestó Romero.

Agregó que de alguna manera la poesía colombiana gana cada vez que a un escritor del país se le reconoce una obra en un concurso.

Catedrático de la Universidad de Tolima y residente en su capital departamental de Ibagué, Romero dice que la poesía le ha dado muchas satisfacciones, sobre todo por ser un oficio que prolonga en las aulas del alto centro de estudios, donde imparte clases de literatura.

Al referirse a la historia de Bajo el Brillo de la luna, con el que ganó la versión anual 56 del premio Casa de las Américas, explicó que se trata de un trabajo iniciado en el año 1997, cuando se le ocurrió la idea de escribir una trilogía alrededor del tema de la pintura.

Escogí a tres pintores que desde su vida y obra impulsaron mi quehacer poético. Ellos fueron Vincent Van Gogh, Francisco de Goya y Edvard Much. Entonces escribí un libro inspirado en cada uno de ellos, significó.

Manifestó que el primero que terminó fue Surgidos de la Luz, alrededor de van Gogh, que fue merecedor en 1999 del Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia.

Después escribió La quinta del sordo, el cual fue publicado por la Universidad Nacional de Colombia en 2005.

Bajo el brillo... viene a completar la trilogía; lo venía trabajando desde hace unos diez años, dijo.

En ese libró -expresó- entablo un diálogo con la vida y la obra del pintor noruego, su tragedia interior, el enorme poder de las imágenes del expresionismo en la pintura, llenas del dolor de su vida, de las angustias de su tiempo y la desolación humana de la que se alimenta su arte.

El creador colombiano explicó que este reconocimiento en Cuba antecedió a otro hecho importante de su obra literaria, cuando el año pasado incluyeron textos de su autoría en la Colección Letras de Poesía Colombiana de nueve tomos.

Esa compilación contempló a su vez composiciones de otros creadores, aunque en particular le agradó que estuviera presente Juan Manuel Roca, el poeta vivo que más admira en su país, confesó.

Nacido en Ataco, Tolima, en 1962, Romero se graduó de Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Santo Tomás. Realizó además estudios de maestría en Literatura Latinoamericana en la Universidad Tecnológica de Pereira.

Ha publicado junto a ya la mencionada trilogía, los títulos: Rumbos (1988), Surgidos de la Luz (2000), La quinta del sordo (2005), Grafías del insecto (2006) y Obras de mampostería (2007)
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 POEMAS DE NELSON ROMERO GUZMAN, del libro “Bajo el brillo de la luna”. LVI Premio de Poesía Casa de las Américas de Cuba, 2015.
JACOBSEN

Yo, el doctor Jacobsen, curo la depresión de todo Copenhague. Asisto al pintor, que parece haberse encerrado en la oscuridad más aterradora de sí mismo. El ruido aparatoso de su caída, con todos los utensilios de su gloria, debo recoger y volver a poner en su lugar. Para que esto ocurra, me convertiré en él. Ser otro es una tarea infame, pero sólo así podré salvar al artista de la inutilidad, de no ser gerente de un banco de Noruega o comerciante de autos en Ámsterdam. En las noches, el brillo de la luna se filtra por la venta del cuarto hasta el lecho donde lleva varios meses delirando; se le oye conversar con la visitante, confesarle su obsesión por la muerte. Con sus dedos temblorosos, en la ventana le acaricia los cabellos a la iluminada alcahueta del cielo; eso lo sabe todo Oslo y esa leyenda le ha merecido la fama. Mi trabajo como psiquiatra de este hospital consiste en pintar de blanco la puerta del paraíso. Sólo así podré llegar hasta el fondo del alma de los enfermos. En ese fondo se me aparece Edvard Munch dibujando una luna y, mientras lo hace, distiendo sus nervios con pociones de bromuro y fuertes shock  que aplico a su conciencia. En la medida en que le espanto los fantasmas, le desdibujo la luna, borro la blanca puerta del paraíso; luego le desvanezco su traje negro. Finalmente, le borro el título al cuadro: Melancolía.

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Al poco tiempo apareció un escrito anónimo en la portada de un diario de Cristianía, que en su cierre dice: A seis meses del pintor haber abandonado la clínica, en sus cuadros nunca más  volvió a asomarse la  luna. Triste desprestigio de los psiquiatras.
                                                                           (Del apartado “autorretratos”)


HOY SE INICIA EL INVIERNO. Amanecí borroso.
Debe ser que el Autor, arrepentido de la obra,
Me esté borrando, para rehacer el cuadro
Que jamás terminará y le ha merecido la fama:
El titulado Hambre.
                           (Del apartado “diario del pintor”)


ANOCHE ME ACOMPAÑÓ EL NIÑO ASESINO, me cuidó.
Era una especie de santo prófugo al lado de mi lecho abrazando un pan.
No dejarse robar el pan, era el gran tema de su vida.
Comencé a pintarlo. Pero sus manos, misteriosamente,
Le quedaron por fuera del cuadro.
Error del artista: ahora sus manos roban panes en toda Ekely.
Si sus manos hubieran quedado dentro del cuadro
Abrazando el pan, la historia hubiera sido otra.
He titulado el cuadro Orfandad.

                              (Es 26 de mayo y el niño —ahora  hombre mutilado—, me busca para  asesinarme y así  vengarse de la vida, no del arte).
                                                              (Del apartado “diario del pintor”)


ESTA NOCHE DE MAYO tengo miedo de la luna,
Tengo miedo de las trágicas cacerías del hombre.
En el centro del mapa de su historia dejaron tendida una trampa mortal
Donde esta mañana, inocente, me instalé a pintar El camino
Que luego me sirvió para regresarme. Entonces he puesto a la entrada de mi cuarto
Este aviso: El Arte salva, entren.
                                                     (Del apartado “diario del pintor”)


QUERIDA FRIDA UHL:
Cuando los muertos despertamos,
El mundo sobra.
Acabo de regresar del infierno de Berlín
Donde plateaban los huesos de los abogados
Que llenaron de folios las autopistas: venían en manada
De hipotecar el cielo.
Tú estabas, Frida, esperándome
Con la carpeta del exilio
Donde fueron borradas todas las palabras de amor.
                                     
(Hoy 23 de enero abro la carpeta, me haces falta.
                        Sólo ha quedado esta palabra en la que cavo una tumba: Exilio).


                                                                     (Del apartado “diario del pintor”)
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NELSON ROMERO GUZMAN. Nació en Ataco, Tolima. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Santo Tomás y Magíster en Literatura de la Universidad Tecnológica de Pereira en convenio con la Universidad del Tolima. Entre sus libros de poemas están  Rumbos, ganador el Primer Premio en el Concurso Nacional de Poesía “Fernando Mejía Mejía” de Manizales (1992); Surgidos de la Luz obtuvo el IX Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1999), traducido al inglés por Andrés Berger-Kiss; Obras de mampostería, Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá (Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 2007),  La quinta del sordo (Universidad Nacional de Colombia, 2006); Grafías del insecto (Universidad del Valle, 2005); Apuntes para un cuaderno secreto (con la mexicana Kenia Kano, Antologías, Biblioteca Libanense de Cultura, 2011). Además, es autor de los libros de ensayo El porvenir incompleto, tres novelas históricas colombianas (Biblioteca Libanense de Cultura, 2012) y El espacio imaginario en la poesía de Carlos Obregón (Universidad Tecnológica de Pereira, tesis laureada, 2012).  Vive en Ibagué y se encuentra vinculado a la Universidad del Tolima, en las publicaciones del Instituto de Educación a Distancia y también como catedrático de Literatura del mismo claustro educativo.
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RESULTADOS DE LA EDICIÓN 56 DEL PREMIO LITERARIO CASA DE LAS AMÉRICAS (2015)
Total de obras presentadas a concurso en todos los géneros convocados: 662
POESÍA, obras en concurso: 235
El jurado integrado por Piedad Bonnett, de Colombia; Manuel Orestes Nieto, de Panamá; Tony Raful, de República Dominicana; Ariel Silva Colomer, de Uruguay, y Alex Fleites, de Cuba; ha determinado por unanimidad otorgar el Premio Literario Casa de la Américas a la obra:
 Bajo el brillo de la luna, de Nelson Romero Guzmán, Colombia.
Por la ingeniosa sucesión de los recursos verbales que fluyen con asombrosa riqueza de imágenes, así como los soportes estructurados de una angustia vital, que hace de los autorretratos y de otras obras plásticas de artistas, un contrapunto de confesiones fantasmales y oscuras que logran abordar con éxito el cálido escenario de sus nostalgias en una consumación ontológica de sí mismo bajo el absoluto brillo de la luna.
 Menciones:
La estación, de Alejandro Castro, Argentina. 
El sastre, de María Malusardi, Argentina.
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NTC ... ENLACES SOBRE EL POETA: 





http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2014_12_02_archive.html
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Nelson Romero Guzmán: premio Internacional Casa de las Américas 2015
EL NUEVO DÍA, Febrero 6, 2014, Ibagué Colombia


Publicado por JORGE LADINO GAITÁN BAYONA* *PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA INTEGRANTE DEL GRUPO LITERATURA DEL TOLIMA.
Nelson Romero Guzmán: premio Internacional Casa de las Américas 2015


El jurado internacional estuvo integrado por Ariel Silva Colomer (Uruguay), Tony Raful (República Dominicana), Alex Fleites (Cuba), Manuel Oreste Nieto (Panamá) y Piedad Bonnett (Colombia).
Un buen poeta es el primer verdugo de las debilidades de su creación. Reflexiona sobre su oficio, las entrañas de la palabra, sus artificios y misterios. Del mismo modo, es capaz de establecer miradas agudas sobre la obra de otros escritores, generando polémica en la crítica literaria. Esto es clave tenerlo en cuenta a la hora de pensar en Nelson Romero Guzmán (nacido en Ataco-Tolima en 1962), uno de los mejores poetas colombianos y un lúcido ensayista.
Romero Guzmán -profesor de la Universidad del Tolima- fue anunciado como ganador del Premio Casa de las Américas en su edición 56, cuyo fallo unánime se dio en La Habana, Cuba, el pasado jueves 29 de enero.
Su poemario ‘Bajo el brillo de la Luna’ se impuso sobre otros 231 participantes; este trabajo, aún inédito y que publicará Casa de las Américas, urde su propuesta estética a partir de la obra pictórica del noruego Edvard Munch, cuyos cuadros y delirios artísticos son recreados por el poeta tolimense.
El Premio Casa de las Américas -creado en la década del 60- es uno de los más importantes en el ámbito hispanoamericano. En 2015 participaron 650 libros -en novela, ensayo y poesía- provenientes de 24 países, según informa Casa de las Américas. En la modalidad de poesía ha tenido en el pasado ganadores tan relevantes como el salvadoreño Roque Dalton, el chileno Enrique Lihn, el peruano Antonio Cisneros, el argentino Mario Trejo, la nicaragüense Gioconda Belli, entre otros.
Previamente Nelson Romero Guzmán había obtenido: Premio Nacional de Poesía Fernando Mejía Mejía (1992); Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia (1999); y Premio Nacional de Literatura –modalidad poesía- del Instituto Distrital de Cultura y Turismo de la Alcaldía de Bogotá (2007). Entre sus libros de poesía publicados se encuentran: Días sonámbulos (1988), Rumbos (1993), Surgidos de la luz (2000), Grafías del insecto (2005), La quinta del sordo (2006), Obras de mampostería (2007), Apuntes para un cuaderno secreto (con la mexicana Kenia Cano, 2011) y Música lenta (2014). Su libro Surgidos de la luz fue traducido al inglés por el poeta húngaro Andrés Berger Kiss bajo el título Sprung from the light.
El rastro de su obra
Como lo postula Gabriel Arturo Castro, “su creación es de gran amplitud literaria en temas y formas, colmada de matices innovadores. Allí enlaza, incorpora y conjuga dos círculos de interpretación: la asimilación de la poesía a la narrativa y el carácter ensayístico de algunos de sus poemas” (2013, p. 86).
En sus versos la belleza va más allá del artificio de la imagen puesto que refigura las angustias y satisfacciones del arte. Las piedras y su abecedario religioso se exploran en ‘Obras de mampostería’. Las formas de escritura de hormigas, polillas, mariposas y otros minúsculos animales se encuentran en ‘Grafías del insecto’. Las cartas de Vincent Van Gogh a su hermano Théo se reinventan en ‘Surgidos de la luz’. Goya medita sobre sus brujas y sus cuadros siniestros en ‘La quinta del Sordo’. La escritura como cámara de torturas es recreada en ‘Música lenta’.
El poeta asume con seriedad el juego de la máscara. Deja que en él surja para cada libro una voz poderosa que no es su yo biográfico. En la elección de los protagonistas de sus poemarios hay una predilección por artistas incomprendidos por las sociedades de su tiempo que, a pesar de todo, tenían un carácter visionario.
No solamente se encuentran aquí Vincent Van Gogh en el libro ‘Surgidos de la luz’, Goya en ‘La Quinta del Sordo’ y Edvard Munch en ‘Bajo el brillo de la Luna’, sino también poetas malditos incluidos en ‘Música lenta’, donde imagina poemas que habrían escrito el Conde de Lautréamont, Antonin Marie Joseph Artaud y Jean Genet.
Aparte de su labor poética, Romero Guzmán tiene una destacada formación académica y múltiples ensayos y artículos sobre literatura. Licenciado en filosofía y letras. Magister en literatura con tesis laureada. De su labor como crítico literario se encuentran sus libros ‘El espacio imaginario en la poesía de Carlos Obregón’ (2012) y ‘El porvenir incompleto, tres novelas históricas colombianas’ (2012). En este último hace una interesante revisión de las propuestas teóricas sobre la nueva novela histórica; a la vez explora con profundidad las lecturas ideológicas y los tejidos ficcionales de las novelas ‘El país de la canela’ (William Ospina), ‘El árbol imaginado’ (Carlos Flaminio Rivera) y ‘Buen viaje, General’ (Benhur Sánchez Suárez).
‘Bajo el brillo de la Luna’ será la puerta de entrada para que los escritores y lectores en lengua castellana dimensionen la propuesta estética de un autor colombiano que cierra con este libro una trilogía donde la pintura y la poesía tienen vasos comunicantes (fenómeno denominado por la teoría literaria como écfrasis).
En ‘Surgidos de la Luz’, ‘La Quinta del Sordo’ y ‘Bajo el brillo de la Luna’ la metáfora va más allá de la recreación de pinturas del arte occidental. Contienen en sus versos el mundo, la historia y genios del arte universal reinventados por la fecunda imaginación de Nelson Romero Guzmán. Este autor enriquece una prolífica tendencia iberoamericana que ha generado propuestas líricas entrando en relación intertextual con las artes visuales, como bien lo han hecho el Nobel mexicano Octavio Paz, el chileno Gonzalo Millán, el colombiano Juan Manuel Roca y los españoles Irene Sánchez Carrón, Olvido García Valdés, Joaquín Lobato y Antonio Colinas, entre otros.
Referencias
Castro, G. A. (2013). Nelson Romero Guzmán. ‘Mientras el tiempo sea nuestro’, antología poética de Lilia Gutiérrez Riveros, Nelson Romero Guzmán, Winston Morales Chavarro y Andrés Berger Kiss. Santa Marta, Colombia: Ediciones Exilio, p.p. 85 -86.
Valery, P. (1990). ‘Teoría poética y estética’. Madrid: Editorial Visor. 
Publicada por
JORGE LADINO GAITÁN BAYONA* *PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA INTEGRANTE DEL GRUPO LITERATURA DEL TOLIMA.
Nelson Romero Guzmán
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