lunes, 30 de marzo de 2009

Meira Delmar en Gaceta, El País, Cali. Marzo 29, 2009

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Delmar y del cielo

Por Paola Andrea Guevara

Ensayo. Claves de lectura para entrar a la obra de Meira Delmar, para muchos, entre ellos Gabriel Grcía Márquez, la más grande poetisa colombiana del Siglo XX. Olga Chams Eljach, su nombre de pila, era hija de libaneses nacida en Barranquilla en 1922

GACETA. El País, Cali, Marzo 29, 2009 . Páginas 10 y 11
(Es muy lamentable que El País no publique versión digital completa de Gaceta. Las imagenes y los textos fueron escaneados por NTC ... )

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Página 10 de GACETA

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Olga Chams, la poetisa detrás del seudónimo Meira Delmar, nació en una ciudad costera donde reinan el bullicio, la fiesta y el carnaval. Fue un alma melancólica anclada en esa Barranquilla de cielo azul y Sol lacerante, donde la alegría y el desparpajo parecen impuestos por decreto, y creció añorando nubarrones negros y aguaceros torrenciales que reflejaran mejor otros estados interiores de su alma, quizás más oscuros, más complejos, terribles y nostálgicos.

'Sin ti'

Cielo gris yo quisiera y no el fulgor
De este cielo azul, claro como el candor
De unos ojos amables cielo de amor.


Es que el vivo azul del cielo, la belleza del mar o la intensidad del sol a veces hieren los ojos, como quien abre las cortinas de una habitación oscura y se deslumbra con el brillo. Así el alma taciturna de Meira Delmar, ante la evidencia de la luz del Caribe que la rodea, experimentó desazón, zozobra, angustia. 'Angustia' es, justamente, el titulo de uno de sus poemas más famosos.

Hoy las cosas amigas -sol, cami­nos, trigales-
Las pupilas me hieren como puñales
y las piedras quebrantan el afán de mi paso,
y me duele el milagro tornasol del ocaso
Como burla sangrienta. ¡Oh! Esta tarde quisiera
Que ni sol, ni caminos, ni trigales hubiera
Sobre el haz de la tierra ... ! Ni pala­bras hermosas
En los labios humanos, ni campanas, ni rosas


La obra poética de Meira Delmar está surcada por la presencia de la naturaleza. En ocasiones esa naturaleza se humaniza, es decir, adquiere voz y voto, influye, decide, borra. Los arroyos traen cosas hace tiempo olvidadas, el viento deshace amores y el mar levanta los brazos como si quisiera ser persona

'Encuentro'

A mi orilla viajera de gaviotas y naves
llegarás una tarde, amigo mío.
Una tarde dorada, de jacintos abiertos,
Por donde irá diciembre con sus ángeles líricos.
Al fondo el mar azul levantará los brazos
Para decir tu nombre como se dice un himno

A veces esta relación entre los estados interiores del alma y los ciclos de la naturaleza va más allá: Meira Delmar se vuelve una con la naturaleza, su cuerpo adquiere orillas y costas donde los visitantes anclan, y a veces ella misma pierde su corporeidad para volverse un habitante de niebla entre los demás.

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Página 11 de GACETA
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Raíz antigua

No es de ahora este amor.
No es en nosotros
Donde empieza a sentirse enamorado
Este amor por amor, que nada espera.
Este vago misterio que nos vuelve
Habitantes de niebla entre los otros.

Y así como naturaleza y poeta son a veces uno, en su obra el amor y la melancolía son caras de la misma moneda. Sus poemas están plagados de amores jamás realizados, no consumados, historias inconclusas en las que no caben las conclusiones finales o las reflexiones frías que hace el amante desde el terreno seguro que da la distancia. En su cosmología el amor no puede asirse, poseerse, sino que vive en un continuo fluir semejante al del viento, las olas o la lluvia. Y como la implacable fuerza de la naturaleza, acaece sin que quede más alternativa que plegarse a sus designios:

Y aquel amor que nos cayó en las manos,
nunca supimos desde dónde, como
una paloma de cegado vuelo
.
Y como ocurre con los ciclos de la naturaleza, sólo podemos predecir que el amor, como todo lo que comienza, tiene un final.

'Canción triste'

Una tarde, una tarde, ya no estaremos juntos,
bajo el cielo de mayo, sonoro de campanas.
De pronto, y para siempre, nos quedaremos solos,
terriblemente solos y heridos de nostalgia.
Tal vez la lluvia sueñe por el jardín callado
tañendo los cordajes de su arpa repetida.
Diremos cosas vagas, estremecidamente,
huyéndonos los ojos, el alma, la sonrisa.
Una tarde, una tarde, tu corazón y el mío
sentirán que se rompe lo que ahora los ata.
Como cuando se deja la orilla azul de un Puerto
nos quedarán adioses temblando en la mirada.
Y un día, sin quererlo, pronunciarás mi nombre
con la melancolía del que en la noche canta ...
En medio del crepúsculo cruzado de palomas,
yo, repentinamente, me llenaré de lágrimas.
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Aunque no haya ocurrido aún, Meira Delmar anticipa que el destino del amor es la pérdida, como llegan los barcos al puerto para dejar de nuevo la orilla; como comienza y termina el día, el ciclo del amor concluye, de forma inexorable. El amor es entonces una jornada. Al final sólo quedan la soledad, la nostalgia, la noche, las lágrimas.

Juan Gustavo Cobo Borda se refiere a su poesía como una dimensión espiritual que no requiere un viaje a lugares exóticos como la India: "Por el contrario: aquí todo se funde, como buena romántica, en un paisaje muy nuestro, el del mar Caribe, donde la vista, compenetrándose con el horizonte y dilatándose en la conjunción de todos los elementos, termina por encontrar una perspectiva que es también un hogar.”

¿Poesía caribeña? ¿Simple descripción paisajística? ¿Sus poemas son sólo el diario de una mujer convencional perteneciente a la alta sociedad barranquillera? De ser así, en este párrafo debería terminar esta reflexión, todo está dicho. Sin embargo, pecaríamos por una pasmosa superficialidad al considerar que la relación de Meira Delmar con la naturaleza es un factor puramente geográfico o biográfico, porque después de penetrar en sus poemas una y otra vez, como un acertijo atrayente a pesar de su aparente sencillez, podemos constatar que no es el mar Caribe el que describe.

Fernando Charry Lara la define como una poesía esencialmente amorosa, y añade que "llega a veces a damos la impresión de no estar formada de palabras sino de huellas que el sentimiento ha dejado pasar.”
Por su parte, María Mercedes Jaramilio se centra en los ejes temáticos de su poesía, y sostiene que el amor en Meira Delmar permea los otros temas "como el de la soledad, el olvido, la muerte, porque estos se definen a partir del sentimiento amoroso".

Sin embargo, es sólo Jesús Sáez de Ibarra quien pone sobre la mesa un ingrediente clave, al afirmar que la poesía amorosa de Meira Delmar no puede ser vista desde el punto de vista autobiográfico pues "es secreta, porque nos confidencia el gozo y la agonía de un amor que nos muestra entre visillos" y añade: "Es secreta porque dice y calla, porque alude y elude, encubriendo toda la anécdota y cualquier pista de elementos biográficos.”

En efecto, la ruta fácil convierte a Meira Delmar en una poetisa romántica que describe al mar de su tierra, pero esto equivale a negarle el carácter universal que tiene su poesía. En Meira, por el contrario, la poesía parece ser una forma de resistencia pacífica ante las imposiciones del entorno, sean culturales, geográficas o atmosféricas.

En la poesía de Meira es posible prescindir, incluso, del ser amado. Es tan íntima su obra que el amor es, en buena medida, una construcción personal. Amar, en este contexto, es como estar en una isla volcado hacia adentro, lo que termina por echar por tierra la tentación a hurgar en los componentes biográficos de su obra.
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'Breve'

Y estás. No como eres.
Como eras.
Como el amor te puso
en medio de mi alma
en una tarde con oro
de jacintos y abejas.
Y yo en medio. Isla
de silencio. Con los ojos
negados, huidos,
buscándote dentro.

Muy lejos del Caribe, su nace en un territorio inmaterial conquistado con palabras. Su nación, sus raíces, no están ya en lugar geográfico, la poesía es esa isla secreta, esa isla de silencio, territorio de la libertad.

Desde su seudónimo: Meira Delmar, se revela la ruptura que la poetisa hace entre su yo histórico
y su yo poético. OIga Chams Eljach es la hija de inmigrantes libaneses, nacida en 1922, estudió en el Colegio Barranquilla para Señoritas; aprendió música en el conservatorio 'Pedro Biava' de la Universidad del Atlántico y fue a Roma a estudiar letras en la escuela de bellas artes del centro 'Dante Alighieri”. Fue profesora de Historia del Arte y Literatura en la Universidad de Atlántico, directora de la Biblioteca Pública Departamental durante 36 años y miembro de la Academia Colombiana de la Lengua.

Como buena romántica, decidió no casarse, no por falta de pretendientes sino porque su gran amor secreto fue imposible. Además porque una idealista como ella siempre preferirá escribir sobre el amor en lugar de despertar al lado de un hombre de carne y hueso. Delmar fue "esa otra que hay en mi” como dijo uno de sus poemas, y eso nos libera del peso de interpretaciones biográficas de su obra. No ha mentido la crítica al elogiar la profundidad y la belleza de la poesía de Meira Delmar, pero se ha quedado corta al reducirla a una simple poesía amorosa. Sus poemas no constituyen un anecdotario romántico. La mujer real decidió permanecer en la sombra y nos entregó a cambio el terreno que ha conquistado para nosotros: su poesía.

Esta voz singular no se vale de artificios, teniendo la competencia académica para hacerlo; no hace ostentaciones como los piedracielistas, no acude a las palabras pretenciosas. Esta poetisa esconde detrás de cada poema un lenguaje depurado que, como el mar, se nos antoja natural con sólo verlo, cuando en realidad esconde grandes misterios y profundidades que hasta ahora comienzan a ser exploradas. OIga Chams vivió 86 años, 10 meses y 26 días entre nosotros, pero Meira Delmar es inmortal, y aún está por descubrir.
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A comienzos de marzo, Meira Delmar había sido nominada al premio Reina Sofía de España. Murió a los 86 años el 18 de marzo de 2008. Meira fue "la única mujer que considerábamos como parte del grupo. Eran memorables las veladas en su casa con los escrito res y artistas famosos que pasaban por la ciudad", escribió García Márquez en sus memorias.
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Obra:
'Alba de olvido' (1942)
'Sitio del amor' (1944)
'Verdad del sueño' (1946)
'Secreta isla' (1951)
'Huésped sin sombra', antología (1971)
'Reencuentro' (1981)
'Laúd memorioso' (1994)
'Alguien pasa' (1998)
'Pasa el viento: antología poética' 1942-1998' (2000)
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NoTiCas de NTC … :
"Alguien pasa". Meira Delmar.
Colección “Un libro por centavos” No. 30
Universidad Externado de Colombia y El Malpensante
10.0 x 15.0 x 0.4 cms. 70 páginas. Primera edición. Agosto, 2007
Antología preparada por el poeta MIGUEL MÉNDEZ CAMACHO
http://ntc-libros-de-poesia.blogspot.com/2009_03_18_archive.html <-- Aquí el libro completo y homenaje de NTC ... a la poeta
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Actualizó: NTC … / gra . Marzo 30, 2009. 11:57 AM